De joven figura a estrella inmortal para el deporte venezolano. Así ha sido la carrera del esgrimista Rubén Limardo, uno de los deportistas más señeros y laureados de la historia de Venezuela, gracias sobre todo a aquel oro que consiguió en la competición individual de Esgrima con Espada en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Fue su punto álgido, en el que se dio a conocer al mundo entero y se convirtió en toda una estrella. Sin embargo, su trayectoria no se ha quedado ahí, y desde años atrás Limardo ya había demostrado su destreza como esgrimista en otras muchas competiciones, ganando campeonatos y obteniendo el pase a los Juegos Olímpicos anteriormente. Una carrera trufada de éxitos que hoy por hoy, con más de quince años de trayectoria, sigue manteniendo a pesar de ser ya un veterano en este deporte.
El ingreso de Limardo en el Salón de la Fama de la Federación Internacional de Esgrima ha sido el último de los grandes éxitos cosechados por el deportista patrio, y supone también la confirmación de su estatus a nivel internacional, no solo en el momento actual, sino en la historia de este deporte. De hecho, Limardo es uno de los pocos latinoamericanos que han logrado entrar en ese tan ansiado Salón de la Fama de este deporte, dominado corrientemente por americanos y europeos. Es un orgullo nacional, uno de los deportistas más venerados del país y un tipo con las ideas muy claras que sigue con la mente puesta en los próximos campeonatos, porque por ahora, la retirada no forma parte de sus planes. Se encuentra en forma y quiere seguir disfrutando de lo que hace, como uno de los mejores esgrimistas del mundo.