Poco a poco, y sobre todo gracias al fenómeno de la emigración latina por todo el mundo, la gastronomía sudamericana está ganando mucha popularidad y presencia en países como Estados Unidos, Portugal, España o Reino Unido, donde los orgullosos emigrantes latinos han sabido introducir parte de sus costumbres gastronómicas a través de sus recetas más populares. Los peruanos presumen del ceviche, los cubanos hacen bandera de la ropavieja y en el caso de los venezolanas, que son una de las comunidades más numerosas en muchos países, están logrando que las hallacas se conviertan también en un plato importante allá donde van. Se trata de un plato tradicional importantísimo en Venezuela, seguramente el más popular de su gastronomía, y aunque en el país sudamericano suele ser preparado en Navidad, como el plato típico de las celebraciones familiares, su expansión por el mundo lo ha llevado a convertirse en un plato habitual en cualquier época del año.
Y es que la hallaca venezolana, la auténtica y tradicional, es una de las recetas más exquisitas que se pueden probar hoy por hoy en el mundo, considerada como un tamal de gran tamaño, pero con ingredientes en su interior que la hacen diferente a cualquier otro plato que hayamos disfrutado. Para los venezolanos no hay Navidad completa sin hallaca, y por eso han conseguido popularizarla en el resto del mundo, como un plato contundente y sabroso, perfecto para las celebraciones familiares como las que se dan a final de año. Aunque pueda parecer algo complejo, preparar una hallaca no es tan complicado sobre todo si tenemos las claves de cómo mezclar y marinar los ingredientes en la proporción adecuada. El guiso de su interior varía mucho según cada familia, y en cada casa se prepara de una forma distinta, pero nosotros vamos a basarnos en la versión más tradicional para ofrecerte esta receta que seguro que sorprenderá a tus invitados.